Pintadas caciquistas en Carballiño
La primera sorpresa de este pequeño viaje me la llevé al ir a sentarme al final del avión, ya que a mi lado se sentaba el director del diario ABC. Sabréis quién es por ser un habitual del circuito establecido de tertulianos de la televisión, luego supe que se llamaba Ángel Expósito cuando le fueron a recoger con el cartelito -este tipo no me cae mal y me hace gracia porque tiene un acento madrileño bastante marcado-. Lo primero que me vino a la cabeza fue la duda de qué periódico cogería cuando lo dieran las azafatas una vez despegáramos. Pues ya estaba leyendo el suyo, lo traería consigo, que para eso lo dirige. ¿Lo leía por placer o es que ya estaba trabajando? Pues cuando vinieron con la prensa pidió El País, otro diario de derechas al fin y al cabo.
Restos del temporal
La segunda sorpresa fue el paisaje gallego que albergaba el camino de Santiago a O Carballino, provincia de Orense. Eucaliptos, prados, casas grandes desperdigadas y sobre todo mucha niebla. Nunca lo olvidé pero siempre es difícil imaginar tanto verde bajando los montes de León.
La ITV portátil.
La tercer y mayúscula sorpresa fue el viaducto donde iba, un puente para el AVE que salva el valle del río Arenteiro. Es un puente de hormigón de casi dos kilómetros de largo, totalmente recto y con una pendiente del 2 %, la máxima permitida para un tren de alta velocidad. Unos kilómetros más adelante está el viaducto sobre el valle del Barbantiño, un puente más corto pero de mucha más altitud, y por tanto con unas pilas espectaculares. Este último además tiene la particularidad de que al bajar -o subir, según se mire- en curva da la sensación desde lejos que hace un tirabuzón pero es un efecto óptico.
De los pueblos de Galicia cuentan que se come bien y en abundancia, que hay esos pequeños restaurantes llevados por alguien sencillo que te trae una olla y te echas a tu gusto. Pues es verdad, comí en un restaurante así en una aldea entre Carballiño y Maside, por desgracia olvidé el nombre del lugar y del restaurante. El sitio parecía anclado en los setenta, con sillas de falsa madera, cortinas viejas y mantel de hule rancio, ¿pero la decoración se come?
-¿Qué tienen de comer?
-Arroz y pulpo.
El arroz era paella y no estaba muy allá, el arroz un poco pasado. El pulpo a la gallega, con patatas y pimentón. Éramos tres, y trajeron sendas bandejas para el primero y el segundo, para coger con libertad.
-Oiga, ¿y no tendrán ensalada?
-No, no hay.
-Qué pena, con lo que me gusta la ensalada de aquí.
-Un momento, que voy a ver si hay.
Y efectivamente había, y con un vinagre casero tan bueno como el licor-café y crema de orujo que también preparaban caseramente. Además resultaba que alguien de otra mesa pidió churrasco de la casa, y entonces se ponían a hacer, y nada, era pedir y era darte.
Bueno, y después de abrir boca voy a hablar un poco de los puentes. Hay varios tipos de puente y por tanto varios tipos de construcción, algunos bastante curiosos e ingeniosos, técnicas desconocidas para la mayoría de la gente. A grandes rasgos, estos dos puentes en Orense se están construyendo por empuje o lanzamiento. Primero se establecen las pilas, es decir las columnas que sujetan el tablero, la parte horizontal del puente. El tablero se construye trozo a trozo en uno de los lados del puente, estos trozos se denominan dovelas. Cada dovela se construye como digo en uno de los lados del puente, al ser de hormigón, por enconfrado. Estas dovelas van "solapándose" -mediante técnicas de pretensado, con cables de acero internos a la estrucutura y la clásica ferralla- una a una a medida que se van empujando en conjunto, formando así el tablero final. Las pilas dan el apoyo horizontal necesario a este tablero creciente que va avanzando hacia el otro lado del futuro puente. Lo que mueve todo esto son equipos hidraúlicos de empuje o de tiro, y si hay pendientes como en este caso también hay equipos de retenida ya que estas masas brutales que son los puentes cogen una gran inercia, a pesar de la estabilidad que puedan llegar a aparentar. La transmisión del movimiendo de los equipos hidráulicos al puente en sí es a través de cables o cordones de acero ( algo "parecido" sería tirar de un peso con una cuerda).