lunes, 4 de mayo de 2009

Viaje en bicicleta al centro de Madrid, no hay gajes. La Criticona

La siguiente crónica también puede encontrarse en WWW.BRITPOPCORN.COM, fantástica y cuidada página que recomiendo a quien les guste la música, la cultura internacional, las bicicletas, y sobre todo buen humor. Así mato dos blogs de un tiro:


Tenía muchas ganas de ir a algo de todo lo que había organizado en torno a la BiciCrítica de este mes, pero pasaban los días desde el jueves y nada, ya sólo me quedaba poder ir a la Criticona del sábado, que prometía. Pensaba que me iba a tocar ir solo, pero al final se apuntaba Edu NTN, uno de los pocos con los que podía contar para algo así. Pero el mismo sábado, estudiando en la biblioteca, nos encontramos con Paul, un amigo de la uni que va a todos lados en bici y que no sabía de la BiciCrítica y ahora le encanta, como no podía ser de otra forma. Y entonces también se sumó otro amigo estudiante biciclista, Christopher, que se trajo una joyita del año 73 que era de su padre.

Así que nuestra BiciCrítica empezó a las 5 de la tarde, tras tomar el té, y no empezó en Cibeles sino en la Conti, donde no ponen problema para meter las bicis en la bodega del bus, así que ya sabéis, una alternativa al Cercanías.

Tras pasar por San Juan Bautista para pillar la bici de Edu NTN pues pusimos rumbo a la diosa del carro y los leones (igual que va gente con monociclos y patines podía venirse algún día, que el carro tampoco contamina). Daba gusto ir con la bici por las calles, que aún estaban vacías, ya se sabe que las siestas se alargan los festivos.




Edu bajando por las tranquilas calles de Madrid. Esta vez evito tapar su rostro por petición del ala femenina de la red.


Al llegar a la susodicha, pues flipamos. No sé si sería por la tarde de verano, porque era festivo, o por lo que fuera el caso es que estaba a reventar. Yo creo que fue de largo la BiciCrítica más concurrida. Como siempre había todo tipo de personas y personajes, bicicletas y engendros de bicicletas. Ha surgido una variante que yo no había visto nunca y son unas bicis de altura, no porque sirvan para moverse por el Himalaya sino porque han puesto dos cuadros uno encima de otro, con lo que vas pedaleando como a metro y medio del suelo, sólo apto para malabaristas.
Como sabéis, el cachondeo y el buen rollo durante el paseo es habitual, así que con eso y con el calor el cuerpo nos pedía unos litros críticos; en cuanto pudimos nos desvíamos para buscar unos chinos, a quienes se la bufa el dos de mayo y también curran.





La llegada a la Cibeles. El calor se traía las gomas al asfalto.





Stop CO2, my friend.





La bota de vino nunca falla



Chicas y bicis con estilo, compatible.





Y más bicis con estilo, compatible.




¡Atención! Remolque ciclista ¿llevará cervezas?




Para evitar la deshidratación


Se salió casi una hora más tarde de lo previsto pero a nadie le importaba, en una tarde así nadie mira el reloj. Que conste que al final fueron 5 horas de marcha, hasta la parada final y definitiva en una de las puertas del cementerio de la Almudena. ¿Por qué acabar en un cementerio? No, por ningún motivo macabro, sino porque había fiesta final en el C.S.O. El Dragón.

El recorrido, como siempre, fue bastante anárquico, pasando arriba y abajo por el centro, descanso en el Palacio Real, y larga pedalada hasta La Elipa, que yo no conocía, y resulta que está un poco en casa Cristo. Se dieron las vueltas de rigor a la Cibeles, tocando un poco las pelotas a los madridistas que subían en coche hacia Chamartín –uno de los cánticos durante la marcha fue “No llegáis al partido, al partido no llegáis”-, se bajó a Atocha, se volvió a subir el Prado, se subió Gran Vía, Plaza España, Princesa, Moncloa, Parque del Oeste, Palacio Real, y de allí a La Elipa. Esta vez había mucho megáfono, y por tanto mucho cántico, se cantaron los habituales “No contamina ni gasta gasolina”, “Si el coche te quema quema tu coche”, se añadieron muchos que ahora no recuerdo contra los numerosos motoristas que se metían entre el pelotón más multicolor que pueda verse en una ciudad. No pude evitar meter el clásico “Hijos de puta, asesinos, fascistas, genocidas” y el “OTAN no, bases fuera” para desconcertar un poco al personal. Christopher se inventó el eslogan “Menos silicona y más Criticona”, que me hacía mazo de gracia.




A pesar del contraluz espero que se aprecie la muchedumbre que va Alcalá arriba




Pedales y sonrisas


En el Palacio Real, que ya estaba hasta los topes, se paró un buen rato. Cosa que vino bien porque la bici de Edu NTN pinchó varias veces, y no eran pinchazos ni problemas de parches sino que se había reventado la válvula y no había solución porque no teníamos cámara. Lo que menos hay en la BiciCrítica son bicis de carretera pero hubo suerte y un tío majete le regaló una cámara usada a nuestro hombre que representa a Madrid entero. Aquí también ocurrió otro feo imprevisto, habíamos quedado con Paco, que venía desde Coslada, y no sabíamos dónde quedar, así que se decidió quedar en el metro de la Elipa, que era donde seguro acababa la pedalada. Pero se le agotó la batería y no se pudo contactar con él, al tiempo mandó un mensaje diciendo que se había vuelto a casa.




La bici de altura




Raza belga, llegador. Cómo tienen que estar disfrutándolo en su pueblo, Perico. Qué bien el de Lieja; no es español pero se casó con una canaria y a menudo se le puede ver entrenando en Lloret de Mar por lo que le sentimos como de de casa. Qué tardes de ciclismo nos ha dado este hombre, Perico. A dos minutos el pelotón y ya en los Elíseos, muy mal se le tiene que dar, Perico.





Por el tema de los pinchazos perdimos al grupo y entonces viene el peligro de la BiciCrítica. Me explico: un ciclista que pase poco tiempo después por donde ha pasado la BiciCrítica es una persona muy muy odiada. Puede que alguno de los conductores con los que se cruce haya tenido que esperarse un buen rato a que pase todo el pelotón, como le pasó en su día al Pipi que llevaba en el super-todo-terreno-de-ciudad a sus bebés a punto de explotar. Fuimos sorteando al tráfico en plan mensajero de Nueva York hasta que a la altura del Retiro fuimos encontrando a biciclistas más agrupados. Todo el trayecto hasta La Elipa fue muy agradable, ya se había hecho de noche, casi todo era bajada, había muchísima gente en la calle y la verdad que en bici se iba muy a gusto.




La fantástica grupeta. Me encanta esta foto: a tope la maquinaria lista para la acción.





My man Christopher realiza un peligroso eslálon entre los buses, cual petrolero entre los icebergs.




Foto turística: de las de cerca y con algo famoso detrás, ya sabéis cultura Tuenti-Facebook.


Llegamos y había un montón de gente, batucada, botellón, corros, rollo Retiro domingo por la tarde. Como no había sitio para candar las bicis se extendía una práctica de cachondos mentales y es que la gente empezaba a candar su bici a otra bici, dando por hecho que todos íbamos a irnos a la vez. Al rato pensamos que preferíamos ir al centro, así que venga otra vez pedales arriba, pedales de los dos, ya sabéis. Como mandaban las fechas pues fuimos al Dosde, donde no ocurriría lo del año pasado ya que estaba tomado por la policía, aunque sí vimos un cómico enfrentamiento entre un punki y un grupo de policías: una punki que resultaba ser su mujer empezó a gritar que había mucha madera y cosas así, varios policías le increparon, y entonces vino el marido hecho un loco diciendo que había escuchado que un policía le había dicho a su mujer que le iba a romper los dientes. Sus colegas y su mujer y hasta nosotros mediamos pero el pibe ya iba a muerte, a su supuesta mujer le metió un viaje que la tiró al suelo. Empezaron a venir municipales de todos lados y el punki gritando como un loco que quién era el que le iba a romper los dientes a su mujer. Ya estaba él solo frente a quince policías, y para añadir más dramatismo a la escena se quitó la camiseta y empezaba a darse hostias en el pecho y en la cara mientras seguía encarándose con los munipas. Y entonces empieza a señalarse el pecho, y ojo y pestaña, lleva un tatuaje de la Legión, y empieza a gritar que ha sido legionario. Un punki legionario, bendita España. Ahora que lo pienso puede que no sea contradictorio...¿qué opináis?

7 comentarios:

álvaro dijo...

Joder, Germán,lo tuyo sí que son crónicas, de las de la escuela de Galdós colega!

Qué envidia me daís, con lo que me gustán estas ocasiones y aquí na de na. Esto de la paz social es un poco aburrido! por las fotos veo que hubo mucha gente, pero creo que en las ciclonudistas se junta aún más peña (sí, en pelotas). Esa es otra que no hay que perderse. En mi espalda aún quedan letras del cartel de Masa Crítica que se me quedo quemado a sol en la piel el años pasado :D

Muchas gracias por la excelente crónica, se ve que os lo pasasteis de PM!

Rubenest dijo...

Muy guapa la entrada si señor.
Tengo unas ganas locas de ir a una de esas porque como dice Álvaro lo de la paz social no mola, hace falta un poco de movimiento. Y lo de las birras en el porta botes me parace super necesario, libertad social joder. Aquí seguro que me encañonan si lo hago.

Adri dijo...

Muy buena crónica: retrasmientiendo from Gilitos siempre en acción.

Como Rubén y Álvaro, en mi ciudad actual también se lleva mucho lo de la paz social, así que nada de nada. Lo bueno: que hay mucha bici.

Me encanta la descripción de la lucha punki-policía y el detalle del tatuaje de la legión. Yo iba a preguntar, antes de leer lo del tatuaje, ¿qué os parecen unos punkis casados?

Germán dijo...

Álvaro: la verdad que sí, estuvo de puta madre. se me olvidó contarlo: hubo un momento pipi, más gracioso. A la altura de Moncloa, iba a pasar una señora mayor estilo Pitia Ridruejo en silla de ruedas, se le iba a dejar pasar, y a la que le llevaba la dijo: "espera, espera, deja pasar a estos cabrones". Como dijo Edu, esa señora a su modo era una crack.

Rubenest: a ver si estáis para una que sea en verano, siempre va a haber más gente y acción que en una invernal. Respecto a las birras, ya ves que si libertad, macho, la gente bebíamos continuamente y supuestamente beber en vehículo es peor que dar de fumar a una embarazada. Hablando de fumar, doy fe que en un momento vi a mi amigo Christopher bebiendo, fumando, y hablando por el móvil a la vez, todo ello encima de la bici. Pa' cuando vengáis he comprobado que el portabidones se adapta a lata, botella, etc, quien lleve bota pues es el uno.


Adrianella: jajaja, la única que quiere seguir el debate punki. Tienes razón, no sólo ya legionario, ¿un punki debe casarse? ¿y estará casado por la iglesia? ¿era ya punki al alistarse en el cuerpo fundado por Millán Astray, punki declarado? Adriiii, chicas en bici con estiloooo.

javier dijo...

Muy buena crónica, estoy de acuerdo con el resto de lectores.

Sinceramente, esta crónica tiene mucho que analizar. Me hubiese encantado estar, la verdad, hubiese ido con mi "conhor"(en plan sé de bicis) e inventar cánticos como Christopher. Los de aprovecho y suelto mierda, `que más da`.

Mientras leía lo del punki pensaba, típico alcalaíno de pro, que ha descubierto que lo alterna, mola, diría "venga me hago de la legíon, pero luego descubrí que ser alterna mola, dirían mis amigos, está to loco, pero es buen tío, lo que pasa que ahora se ha hecho punki, yo, yo, yo respeto tronco".(comparación, tipo facha > rap).

pd: seguro que luego se iba a echar una partida al pro, vía online en su psp, con wifi gratis(a lo punki), pero en el MC,Donals!!!

álvaro dijo...

en anteriores episodios de mi comentario: se me olvidó comentar lo del punkarra. Como dice Javier, esta crónica da para mucho.

Pues diré que conozco un par de punkis que les ha dado el venazo y han hecho la mili en la legión. No es que se alistaran, sino que eran tan punkis ellos que su reflexión fue algo así como: si hay que hacer la mili, la hago en la legión, que para chulo yo.

Movidas de punki. Casados no conozco, pero uno arrejuntado y con hija sí :)

Palabra clave: asaph, una preposición anglosajona corta de ser un lider palestino.

álvaro dijo...

la palabra clave era 'araph', pero la he copiado mal :D