jueves, 16 de octubre de 2008

Superlatividad árabe I




Un día los emires dejaron de contar el dinero que les sobraba del petróleo que les sobraba y se pusieron a pensar. Pensaron que los más duros preceptos del Islam siempre pueden ser sustituidos por los más llevaderos pero no menos duros preceptos del capitalismo más radical –es decir, en el centro comercial podemos poner una pequeña sala de rezo entre las tiendas de Rolex y Luis Vuitton-. Pensaron que el lujo y el crecimiento sin pausa tienen que ser sostenidos con mucha mano de obra barata y sabían que siempre habrá países que la nutran. Pensaron que sólo con el árabe nunca podrían ser una capital mundial, y aceptaron el bilingüismo oficial con el inglés. Pensaron que alguien tenía que impulsar todo, y que los americanos y los ingleses siempre están ahí para ese tipo de cosas y más cuando es en otro país. Pensaron que con una mano dura aplicada sin contemplaciones se garantiza el orden sin apenas policía, ni multas ni amenazas. Pensaron que no necesitaban un gran ejército para influir en el mundo, ya que tienen el arma más poderosa: el grifo del petróleo, si lo cierras se para el mundo. Y lo más importante, pensaron que algún día el premio gordo del petróleo se acabará y que habrá que ir poniéndose a otra cosa.



Bajo toda esta ideología están creando el país superlativo. El país con más crecimiento económico del mundo, el país con más crecimiento de población del mundo, el país con más grúas del mundo, el país con más turismo de negocios del mundo, el país con mayor población extranjera del mundo, el país con la fundición de aluminio más grande del mundo, el país con el centro comercial más grande del mundo, el país con el edificio más alto del mundo, el país con el hotel más caro del mundo, el país con el hotel más alto del mundo, el país con la pista de esquí cubierta más larga del mundo, el país con la isla artificial más grande del mundo, etc.



El viaje hasta Dubai fue complicat. Complicat desde el principio: Jorge iba a ir a recoger a Barajas a mi hombre Charlytas, entonces yo pensé que podía ir a recibir a Carlos y de paso ya me dejaban, pero el creique y el penseque son amigos del tonteque y no tuve en cuenta que Carlos venía a la T-1 y yo iba a la T-4, además Jorge no sabía de mi repentina decisión y trajo el coche con tanto trasto como si fuera a poner un puesto de mercadillo. El caso que el ir de la T-1 a la T-4 se hizo en un Ibiza con Jorge, Lema, Carlos y yo y todos los trastos de Jorge (mantas, fregona, cubos, etc), todo el equipaje (dos mochilones) de 3 meses de Carlos, un maletón de 21 kilos, un portátil y una guitarra.



El avión salió media hora tarde porque resulta que ahora si llega la maleta de un pasajero que finalmente no ha subido al avión se busca su maleta entre todo el equipaje y la sacan, ya se sabe, la seguridad.



Pues justo teníamos media hora para hacer el trasbordo en Atenas, el transfer, you know.






Así que al llegar 40 minutos tarde a Atenas todo el agobio. Llegamos al avión los últimos, luego nos enteramos que al ser un trasbordo entre dos vuelos de una misma compañía tienen que esperarte. Haciendo los cálculos de hora de llegada según lo que nos ponía en el papel de nuestro billete y lo que decía el piloto por el altavoz de lo que iba a tardar el vuelo había algo que no cuadraba.



El caso que tras unas horas, el avión empieza a maniobrar como para aterrizar y desde la ventana se ve desierto, plataformas petrolíferas, y una gran ciudad con costa y rascacielos. Las azafatas griegas dicen no sé qué y empezamos a recoger para bajar, y ya justo cuando salíamos del avión, oigo a unos españoles que dicen no sé qué de Kuwait. Entonces pregunto a la azafata y oye, que no es Dubai, que es Kuwait City. Resulta que se para allí 40 minutos, una parada tícnica in midio dil disierto. A un tris de quedarnos allí.

Al fin llegamos a Dubai, esta vez el de verdad. Son las 2 de la madrugada, hora local, dos horas menos en España. Pues el aeropuerto está hasta arriba, gente comprando en el centro comercial abierto, mucha gente, indios sobre todo, durmiendo en el suelo mientras esperan su avión, gente para arriba y para abajo, total que una hora para pasar la aduana.



Aprovecho para informar: el visado a los Emiratos Árabes Unidos, es gratis y válido para 60 días, y se saca en la aduana en el momento, no ponen pegatina molona, ponen sello. También aprovecho para comentar –mira, te comento- que Dubai no es un país, es una ciudad y uno de los siete emiratos que forman los Emiratos Árabes Unidos, no Emiriatos ;-), cuya capital es Abu Dhabi. Ah, y resulta que los lugareños -sí, esos con barba que visten con una sábana blanca y un pañuelo rojo con goma negra en la cabeza y que conducen un Ferrari- tienen derecho a saltarse la cola.



Total, que salimos a las 3 de la mañana, cuando se nos esperaba a la 1. Me dijeron que nos vendría a recoger personal del hotel donde iba a hospedarme, pero cuando salimos había como 200 tíos con el típico cartel de tu nombre y de hotel y yo no vi mi nombre. Recorrí la fila varias veces y nada, pero lo mejor de todo era que no sabía el nombre del hotel, así que no podía llamar para que nos buscaran ni coger un taxi por nuestra cuenta hasta el hotel. Menos mal que llevaba números de gente de allí, y tras unas llamadas por fin vinieron a buscarnos.

Una vez en el coche, de camino al hotel dejando el aeropuerto, surgió Dubai. La primera sensación es la de que si estarás en otro planeta, en una ciudad extraterrestre, porque nunca antes has visto una ciudad así. No he estado en esas megaciudades asiáticas estilo Pekín, Bangkok o Hong-Kong para poder comparar pero he estado en Nueva York; y la verdad que en Manhattan me da la sensación de que hay más número de rascacielos que en Dubai, y además muy juntos, pero los de Dubai son recientes por lo que todos tienen un diseño diferente y futurista, eso es lo que hace que parezca que estás en otro mundo.



La ciudad tiene, para entendernos, una M-30 de 7 carriles en cada sentido que cruza la ciudad paralelamente a la costa. Yendo desde el aeropuerto sentido Abu-Dhabi a tu derecha dejas el mar, y reconoces algunos edificios famosos como el Burj Al-Arab, el que tiene forma de barco velero, y la izquierda, todavía lejos, pero claramente distinguido, el edificio que ya es y será la torre más alta del mundo, el Burj Dubai. Digo será, porque se está construyendo, ahora mismo mide 800 metros y esperan superar el kilómetro -sí, están locos-. Como las comparaciones son odiosas pues otra comparación: las “torres de la ciudad deportiva” miden 240 metros.



Un inciso: al final de la torre hay una grúa, poneos en la piel del tío que trabaja ahí, ese gruísta se levanta el domingo a las 7 de la mañana y se dice, joder, es domingo, otra semana a la grúa, a ver si no se me cae nada hoy (en el mundo árabe y musulmán, el fin de semana es el viernes y el sábado). A lo largo de todo el trayecto a ambos lados se ven montones de rascacielos construyéndose a la carrera, turnos por la noche, y plantillas de indios a saco. Además todo este macrourbanismo tiene siempre una iluminación especial, lo que da aún más un toque extraterrestre a la ciudad. Otra cosa que te hace pensar si estás en el planeta Tierra, en el globo terráqueo, el planeta azul y toda esa mierda es el nivel de los vehículos del personal, no exagero cuando digo que el Range Rover Sport, el Hummer o el Corvette son coches populares, hay tantos que al rato ya no te llaman la atención.



(En las próximas entregas habrá un especial “Coches Dubai 2008”, se explicará por qué no es tan difícil tener un carraco especial, y se hablará del escandaloso precio de la gasolina, escandaloso por lo ridículo. Atención: es práctica habitual dejar el coche encendido con el aire acondicionado puesto mientras te vas a comer o a entrar en una tienda o a hacer unas gestiones para que cuando vuelvas el coche siga fresquito, tiene cojones).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy detallado, buena crónica.
Putos árabes, siempre están con su petróleo y tienen favores distintos, como saltarse la cola del aeropuerto o no trabajar entre otros.
Puede que estén haciendo una clase elitísta a nivel mundial?.
Esperaré las siguientes crónicas.
Un saludo brotha
PD:como te gusta que tu blog se promocione eh, para que digan, "Germán, ese tío es la polla no?, a Dubai?, joder que máquina no?...."
Jotuelo

Anónimo dijo...

¿Falta algún detalle del viaje? jejeje.
Bueno, tengo que decirte una cosica: el tema sacar la maleta de alguien del avión cuando ese alguien no llega, no es de ahora. Digamos que eso se viene haciendo así toda la vida del señor y no es por la psicósis terrorista del mundo, sino por un poco de sentido común humano: "cómo voy a dejar a este chico/chica sin ropa y me la voy a llevar a Dubai".
Ich würde gerne mehr Bilder ansehen!!